El cambio de escenario no pareció tener ningún efecto en el rumbo de la serie entre los Timberwolves y los Suns. Como ya lo hicieron en su cancha, los de Minnesota dominaron con claridad el Game 3, jugado en el Footprint Center, y terminaron imponiéndose por 109-126. Con esta victoria, los Timberwolves están a un solo triunfo de la siguiente ronda y de confirmar una dolorosa barrida para el equipo de Arizona.
El equipo dirigido por Chris Finch nunca fue por detrás en el marcador, y los Suns no demostraron la resistencia que se esperaría, dada la situación crítica en la serie. La falta de urgencia y el hambre propios de un equipo en peligro no se vieron reflejados en los de Vogel, algo que sus propios aficionados notaron con abucheos mientras la diferencia en el marcador crecía y no había señales de reacción.
Los Timberwolves llegaron a tener una ventaja máxima de 24 puntos, obtenida principalmente gracias a un dominante tercer cuarto que terminaron con un marcador de 20-36 a su favor. Nickeil Alexander-Walker fue una figura clave en esta etapa, anotando 12 de sus 16 puntos en el tercer cuarto, dando un golpe de autoridad y dejando el partido prácticamente sellado, y por extensión, la serie.
En el último cuarto, Anthony Edwards tomó el control del juego y disipó cualquier intento de los Suns por recortar distancias. Con 18 puntos en este periodo, Edwards terminó con 36, además de sumar 9 rebotes, 5 asistencias y 2 robos. Esta actuación confirmó su papel como el jugador más importante de la serie y posiblemente de muchas más en el futuro. Con esta actuación, los Timberwolves están cerca de lograr su primera victoria en una serie de playoffs desde 2004.
Para los Suns, la situación es preocupante. Si los Timberwolves logran ganar el siguiente partido y completar la barrida, el ambicioso pero fallido proyecto de Phoenix, construido alrededor de un Big 3, enfrentará serias preguntas. A pesar de que Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal se combinaron para 76 puntos, el resto del equipo no pudo proporcionar el apoyo necesario para mantener el ritmo.
Incluso dentro del Big 3, las expectativas no fueron cumplidas. El año pasado, Durant y Booker solían combinarse para 70 puntos por partido, y la llegada de Beal estaba destinada a reforzar ese potencial ofensivo. Sin embargo, el rendimiento en esta serie no ha sido el esperado, con Beal como el máximo anotador del equipo con 28 puntos, muchos de los cuales llegaron cuando el resultado ya estaba prácticamente decidido. Durant y Booker anotaron 25 y 23 puntos, respectivamente, pero no alcanzaron el nivel que se requería para evitar una derrota dolorosa y posiblemente la eliminación.
Si los Timberwolves completan la barrida, los Suns tendrán mucho que reconsiderar, desde la construcción de su plantilla hasta las expectativas para el futuro. El cuarto partido será crucial, no solo para la serie, sino para el destino de un proyecto que, hasta ahora, no ha estado a la altura de las expectativas.
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