El All-Star Game ha vuelto a dejarnos con una edición que se podría catalogar como descafeinada. El equipo de la Conferencia Este se llevó la victoria en un partido que pasará a la historia como el más anotador en la celebración de este evento, con un marcador final de 211-186. A pesar de la expectativa del regreso al clásico Este contra Oeste, el duelo no logró revitalizarse, quedando lejos de las esperanzas incluso de los más optimistas.
Aunque nadie espera que este partido sea un ejemplo de baloncesto de alta calidad durante los 48 minutos, resulta atractiva la idea de un final cerrado, similar al emocionante desenlace visto en 2020, donde los mejores jugadores del mundo se toman en serio el último tramo del juego. Sin embargo, esta idea se desvaneció gradualmente a medida que el equipo del Este ampliaba su ventaja en el marcador, logrando una histórica exhibición anotadora que les llevó a liderar por hasta 27 puntos.
Los máximos anotadores del equipo del Este fueron Damian Lillard, Jaylen Brown y Tyrese Haliburton, con 39, 36 y 32 puntos respectivamente. Su pequeño duelo final por el MVP de la noche añadió un toque de emoción. A pesar de que Lillard lideró al equipo durante gran parte del juego con su impresionante rango de tiro, Jaylen Brown tomó protagonismo en el último cuarto, destrozando el aro con mates y triples para acercarse a la puntuación del base. Haliburton, jugando en casa, también destacó al encadenar rápidamente 7 puntos en 20 segundos. Sin embargo, fue Lillard quien decidió recuperar el protagonismo, anotando su décimo triple de la noche y asegurándose el MVP del encuentro.
A pesar de la derrota, Karl-Anthony Towns demostró ser un contendiente serio para el MVP con sus 50 puntos, liderando en esta faceta del juego. Aprovechó las defensas débiles para anotar repetidamente en la pintura. Aunque sus esfuerzos fueron notables, sus compañeros no lograron acompañarle, convirtiendo el juego en un choque donde la intensidad y la defensa eran opcionales, con un ganador ya decidido con bastante antelación, lo que dejó a algunos espectadores deseando un mayor equilibrio competitivo.
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