Oscar Cabrera: Gran atleta, mejor ser humano
La repentina partida de Oscar Cabrera ha sumido al baloncesto dominicano en luto profundo. Más que la pérdida de un atleta excepcional, nos despedimos de un ser humano ejemplar cuyo carácter trascendía cualquier elogio aislado. Aquellos que tuvieron el privilegio de conocer a Oscar, saben que irradiaba respeto y humildad. Sus cualidades no solo destacaban en la cancha, sino en cada interacción personal. Era más que un jugador; era un individuo con un aura positiva y diferenciadora.
Oscar falleció a los 28 años debido a un infarto mientras se sometía a una prueba de esfuerzo para regresar al juego. Padecía de miocarditis, una condición que afecta la capacidad del corazón para bombear sangre, diagnosticada después de desmayarse durante un partido en España en diciembre de 2021.
Sus motivaciones en la vida y el deporte estaban profundamente arraigadas en su familia, particularmente en su padre y su tío, Hugo Cabrera, quienes fueron sus inspiraciones constantes. Después de completar una experiencia educativa y deportiva en Estados Unidos, Oscar destacó en el baloncesto local, jugando para equipos como el Club Mauricio Báez y San Lázaro en el Torneo de Baloncesto Superior del Distrito, además de participar en la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) con los Leones de Santo Domingo y los Huracanes de Puerto Plata. A nivel internacional, representó a la ciudad de Cali en la Liga de Baloncesto Profesional de Colombia y tuvo la oportunidad de jugar en la LIGA EBA de España con el equipo Canta Basket.
Oscar admiraba a Dražen Petrović como su jugador favorito, el legendario escolta croata cuyo legado sigue siendo una inspiración para muchos. En una de nuestras últimas conversaciones, él expresó su gratitud y optimismo característicos, diciendo: «Hermano, muchas gracias. Mi carrera apenas está comenzando».
Hoy, recordamos a Oscar no solo por sus logros en la cancha, sino por su humildad, disciplina y gratitud perpetuas hacia la vida y quienes lo rodeaban. Su partida deja un vacío imposible de llenar en la comunidad del baloncesto y más allá.
Descansa en paz, Oscar. Tu legado perdurará en quienes tuvimos el honor de conocerte.
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